Diario
Día 1
Primer pensamiento.
Si nuestras madres soportaron lo que tuvieron que pasar para sobrevivir, esto no debería ser difícil.
Hoy, descubrí que tal vez sea posible construir el laberinto, pero debo ser muy precisa y al mismo tiempo muy delicada, ya que con un mal movimiento, la pared podría caer.
Mi presencia en el trabajo exige una concentración y resistencia plena.
Me ha llevado al menos una hora que mis manos se convirtieran en mis ojos.
Después he trabajado de manera funcional,
confíe en el material,
me gustaba el olor.
Fui suave y severa a la vez, arraigada en la realidad de cada momento.
Me volví más fuerte con el resto de los sentidos y entendí,
dónde dejar las botellas de vidrio,
cuántos ladrillos debía regar,
cuánto tiempo debía quedarme quieta para unir cada ladrillo,
cuánto tiempo tarda en secar el ladrillo crudo,
y luego,
encontré una cuenta matemática que estableció una rutina en el espacio.
Para empezar, regué 5 ladrillos, arriba y abajo.
Con el tenedor que colgaba de mi cuello
froté la superficie de cada ladrillo.
Esperé 10 segundos.
Luego los pegué hasta que quedaron inmóviles.
Llevaba 10 segundos asegurarse que cada ladrillo estaba bien colocado, justo el tiempo suficiente para que no se seque.
Esto se convirtió en mi rutina durante horas.
Me di cuenta desde el principio que podía funcionar.
A veces descansaba, pero poco.
He logrado colocar 150 ladrillos hoy, pero necesito más.
Tengo que poner 219 ladrillos al día para desaparecer por completo el día 24.
Por un momento, he entrado en un estado de inconsciencia durante unos segundos.
Luego comencé a grabar en los ladrillos:
Sangre suave 1.1
Necesito hacer pipí 1.2
Día 2
Hoy, al tocar sorprendentemente el último ladrillo, me di cuenta de que había completado el primer gran círculo. Brotaron lágrimas de alegría.
Después, un niño me cantó una canción.
Más lágrimas.
Los recuerdos de mi niñez me invadieron.
Me di cuenta de que ahora estoy entrando en el otro lado.
Sentí que el pañuelo de seda que llevo en los ojos, había estado húmedo todo el día.
Escuché un barco pasar por el Bósforo, y mis lágrimas se detuvieron.
Por primera vez, me di cuenta de lo viva que estaba.
Grabé en los ladrillos:
Estoy viva 2.1
Perdona 2.2
Día 3
Algunas mujeres llevan tacones puntiagudos, las oigo acercarse a mí con determinación y curiosidad.
Cuando se acercan, siento que la curiosidad les hace mirarme durante menos de diez segundos.
Por lo general, no se quedan mucho tiempo.
Se dirigen al siguiente espacio para ver al otro artista.
Oigo los mismos tacones acercarse a mí, me pregunto qué pueden tener en común, ya que no permanecen por largo rato.
A medida que avanzo, pienso y experimentó con la noción del tiempo.
El tiempo parece ser el componente más importante.
Cuanto más se convierte el tiempo en tiempo,
más profundo el amor crece en mí.
El fuego es mi naturaleza.
Y sin embargo, la inmovilidad permite que este fuego se arraigue.
No me siento sola.
Estoy muy a gusto así.
Nadie me hace falta.
De hecho, siento una pequeña sensación de felicidad aquí.
Me sorprende cómo los visitantes vienen a mí.
Su forma de acercarse llama mi atención.
Sobre todo por la delicadeza con la que caminan, susurran o hablan a sus compañeros.
Mi amor crece.
Este intercambio me alimenta.
Me hace confiar en desconocidos.
Me hace tener esperanza.
También me atraen sus olores o los perfumes que llevan,
ya que mi sentido del olfato aumenta gradualmente cada día.
Hoy he olido como si Armani, Body-shop, Gucci, Dior, Body-shave estuvieran en el museo.
Me fijo en los olores que me agradaban, que hacen volar mi imaginación.
Me imagino cómo son, cómo viven, cómo son sus muebles, qué color de ropa llevan, a quién aman y cómo se representan a sí mismos.
La alegría de esta nueva experiencia es cada vez mayor, a pesar de que mis músculos están cada vez más duros.
Día 4
Hoy me he atrevido a caminar.
Oh, ¡qué momento!
Ahora todo mi cuerpo es un par de ojos.
Empiezo a distinguir dónde está el este y el oeste a través de mi oído.
Mi presencia corporal está cambiando.
Ahora estoy regando 10 ladrillos a la vez.
La fracción de segundo que tengo después del décimo ladrillo,
es el momento de descanso donde ocurren muchas reflexiones profundas.
Todavía tengo que mantener las manos en contacto con los ladrillos, asegurarme de que no se sequen.
Pero llevo el pensamiento más allá, fuera de mi cabeza y dentro del ladrillo, como si estuviera colocando mis pensamientos en un libro.
Siento como si estos ladrillos, a los que empiezo a querer mucho, se convierten en las piedras de mis pensamientos, los cuales llevan mis secretos más íntimos.
En un momento me estremecí, sentí como si estuviera viajando dentro de mi Mandala, recorriendo el camino.
Grabé en los ladrillos
Padre te perdono 4.1
Tak 4.2
Día 5
Me empieza a doler bastante el cuerpo, pero cada día que pasa me siento más niña.
De alguna manera estoy descubriendo la existencia sensorial completa de nuestro cuerpo.
Estoy sintiendo que podría haber una matriz de paisajes sonoros que sirven como direcciones que uno puede seguir sin la vista.
Me asusta decir esto, pero no echo tanto de menos mis ojos como pensaba.
Son extrañas las cosas que pensamos de uno mismo.
Cuando uno hace lo que dice, descubre que en realidad hace todo lo contrario de lo que piensa.
Es por eso, que la mayoría de las veces superpongo "la palabra a la acción, la acción a la palabra". Si no hago esto, viviré una vida opuesta a la que soy.
Por otra parte, siento un éxtasis al comprobar el funcionamiento de nuestro oído y de nuestro olfato.
Hoy he distinguido a los colegas del Museo que venían a visitarme, los reconocía por su olor, por su forma de andar, o de acercarse.
Más tarde me confirmaron que efectivamente estaban en el lugar que yo los sentí.
Mi cuerpo se ablanda y se alegra por las cosas más sencillas.
Día 6
"Un viajero. Por mi fe, tienes grandes razones para estar triste. Temo que hayas vendido tus propias tierras para ver las de otros hombres. Entonces, haber visto mucho y no tener nada es tener ojos ricos y mano pobre".
William Shakespeare, Como gustéis, Acto 4, Escena 1
Hoy, último día de la semana ha sido un día muy fuerte.
Al haber estado trabajando con mi espalda curvada durante horas, he tenido una revelación.
Mis dos abuelas, Dorotea y Zagorka eran campesinas. Dorotea murió con la espalda encorvada. Zagorka murió en 1946 de tuberculosis, dejando huérfano a mi padre.
Ambas hablaron a través de mí.
La dureza de sus vidas y la fortaleza de sus espíritus me guiaban a lo largo del día y me orientaban para los días venideros.
Tenía que hacerlo por ellas. Sus vidas y sus voces, que nunca fueron escuchadas, están ahora esculpidas en el Laberinto.
Comprendí como nunca la sangre de mi linaje femenino.
Adquirí una fuerza enorme y se produjo una nueva toma de conciencia.
Día 7
"Amar también es bueno: amar es difícil. Que un ser humano ame a otro: ésa es quizá la más difícil de todas nuestras tareas, la última, la última prueba y ensayo, el trabajo para el que todos los demás trabajos no son sino preparación. Quiero estar con los que saben cosas secretas o, si no, solo".
Rainer Maria Rilke, Cartas a un joven poeta
Hay memoria en el cuerpo.
Es fuerte, visceral y no deja lugar a dudas.
Cada vez que me tomo un descanso, o me siento de cierta manera a trabajar,
la memoria de mi cuerpo se activa,
y trae una situación,
una persona,
un personaje,
un recuerdo
del pasado
a esta presencia
y entra
en la construcción
de este laberinto.
Es como si purgara todo lo que estaba guardado en lo más profundo de mí, y todo saliera a la superficie.
Día 8
Trabajadores.
Trabajadores.
Trabajadores.
Mi mano derecha está hinchada.
Mi mano izquierda está completamente amarilla.
Se abre una nueva conciencia mental.
Sigo repitiendo:
Ama tu cuerpo
Ama tu mente
Ama tu corazón
Ama tu alma
Sé suave ahora.
Recurro a Pina Bausch y Bruce Lee para obtener conocimientos.
Día 9
Mientras trabajaba con la mano izquierda y los cuatro dedos de la derecha, ocurrió algo poderoso: la necesidad del derecho a hablar.
Empecé a soltar sonidos.
Me sentí muy bien al utilizar mi voz.
Me di cuenta de lo mucho que la echaba de menos.
De repente, allí estaba ella, a través de mi cuerpo, entonces lloré y lloré y pronuncié sus palabras recitando sus flores favoritas.
Ofelia, dijo que se llamaba.
Día 10
Hoy he puesto 215 ladrillos.
Cada vez trabajo más rápido y mi precisión me permite hacer descansos más profundos.
De alguna manera siento que estoy de camino a casa.
Aunque me duelen las rodillas, y también las manos y los hombros, no puedo dejar de trabajar.
Algo me empuja hacia delante.
La misma sensación que al principio, sigue aquí.
Siento y pienso mucho sobre el amor.
Sobre la manzana.
El significado de vivir de historias.
El peligro y la belleza que hay en ello.
Cómo la mortalidad, el ahora, es la única verdad en una fracción de segundo que puedo percibir como posible.
Me enfado, me entristezco, lloro un poco y luego me conmueve un olor, el susurro de un niño o la curiosidad de alguien.
Dos señoras británicas de unos 50 años mantuvieron toda una conversación sobre lo que les parecía interesante por encima de mi cabeza.
Estuve a punto de invitarlas a tomar una taza de té.
Día 11
"La cueva en la que temes entrar encierra el tesoro que buscas"
Joseph Campbell
Desde el comienzo del día, mi niña interior, me cogió de la mano y me dijo:
Te vuelvo a llevar dentro para que recojas lo que no has sido capaz de ver
o no sabías
entonces
cómo.
Ahora
que eres una mujer adulta
te lo llevarás
contigo,
entonces soltaré mi mano
porque ya no me necesitarás.
Lo que recogerás
me hará,
nos hará
libres.
Ya puedes irte...
Y así lo hice.
Al final del día, estaba trabajando de pie.
Día 12
Queridos visitantes,
Os siento
Os oigo
y sobre todo, os huelo.
Y por ello, sé que sois muchos,
en silencio,
y vuestros ojos
son ahora mis ojos.
Y vuestra energía es ahora mi combustible.
Cada movimiento vuestro importa, cada aliento vuestro es vida purgándose a través de mí.
Aunque estoy sola, vosotros sois la energía que me da el movimiento.
Estoy a mitad del camino.
Sigo diciendo, no pienses en ello.
Ahora cuido mi cuerpo como nunca antes lo había hecho.
Los visitantes que me acompañan, son de gran importancia.
Su energía es esencial ahora.
Día 13
"Hay perfección en todo lo que no se puede poseer"
Anaïs Nin, Delta de Venus
Hoy empecé a moverme dentro del Laberinto al estilo Milonga.
Utilicé una mayor conciencia siendo físicamente lo más suave posible.
Al final del día, ya no me dolía tanto el cuerpo.
Empezó a surgir una nueva radiación desde el interior.
En lo más profundo de mí, la fuerza oculta resucitó con una nueva antorcha.
Mi feminidad se suavizó.
Surgió una nueva mujer.
Le pregunté a Umut, el arquitecto del Museo, qué pasaría con la obra una vez terminada.
Apenas pude tragar saliva.
Entonces decidí cómo terminarla.
Adelante.
Día 14
"Queda mucho más dentro de lo que sale en palabras".
Fiódor Mijáilovich Dostoievski, El adolescente
Hoy he anulado el sentido del oído utilizando tapones de natación.
Mi imaginación se desbordó.
Cada ladrillo se convertía en alguien o en algo.
Una palabra
Un texto
Una canción
Una emoción
Un lugar sin tiempo
Un lugar de amigos imaginarios
Un lugar de despedidas.
Enterré a todos mis seres queridos
todo lo que he amado,
todo lo que he sido.
Mi libro de la vida, comienza con una nueva página en blanco.
Día 15
"Si por casualidad tuviera algo parecido a un hogar, habría vuelto a casa. Porque todo viaje, especialmente uno por España, exige un cierto equilibrio interior, pero el mundo irrumpe en mí a cada instante, directo a mi sangre, y hay extrañeza a mi alrededor, una extrañeza más allá de toda medida"
Rainer Maria Rilke
Hoy he comprendido que, como mi cuerpo ha sido el lienzo de mis obras, a través de mi voz, mi rostro, mi danza, y ahora que el Laberinto está creciendo, me estoy volviendo cada vez más anónima.
He descubierto que a menudo me siento enormemente feliz de poder esconderme debajo y desaparecer.
Ahora siento tanto la energía de la gente y su curiosidad que puede llegar a abrumarme.
No ver te abre a otro portal.
Tengo una relación particular y un sentimiento hacia la pureza del ser.
Pero como el Laberinto sigue creciendo, se está convirtiendo en la entidad del trabajo.
Siempre estuvo destinado a ser así, y ahora yo soy simplemente el canal.
De algún modo, me siento más feliz que nunca como artista.
Me siento verdaderamente libre.
Día 16
"El poema, la canción, el cuadro, no son más que agua sacada del pozo del pueblo, y hay que devolvérsela en una copa de belleza para que beba y al beber se comprenda a sí mismo"
Federico García Lorca
Viejos miedos vinieron
Viejos miedos se fueron
Entonces, canté una canción celebrando el paso de la vida.
Oh, estos ladrillos guardan secretos para el polvo de mi alma.
Cantar es mi compañero en este nuevo mundo en el que he entrado.
Día 17
Pensé, qué raro, es sábado y sin embargo no he sentido que hayan venido muchos visitantes.
¿Quizás sea la lluvia?
Al final del día me sentía agotada y muy cansada.
Luego me enteré de que habían venido más de 900 personas.
Un escalofrío silencioso me recorrió la espina dorsal.
Me quedé en silencio.
Entonces me di cuenta, mi muro se está levantando.
Los muros, amigos míos.
Día 18
"Lo que importa es precisamente esto; lo no dicho al borde de lo hablado".
Virginia Woolf
Somos energía.
Somos energía.
Somos ENERGÍA.
Un niño susurró mi nombre siete veces y permaneció conmigo durante tres horas.
Fue un encuentro de dos almas.
Muy extraño.
No pude responderle.
Era como si me hubieran cortado la lengua.
Porque reconocí de algún modo la frecuencia de su voz.
Era un sentimiento familiar.
Se sentía muy seguro.
Protección.
Busqué dentro del Laberinto un pequeño trozo de ladrillo.
Empecé a tallarlo.
Este fue el primer ladrillo que tallé y regalé, que era para Lenny.
Decía: Te Veo.
Que el descubrimiento de muchas lágrimas de alegría sea más frecuente porque son pequeños pasos hacia mi corazón alegre.
Día 19
"... No podía vivir en ninguno de los mundos que se me ofrecían: el mundo de mis padres, el mundo de la guerra, el mundo de la política. Tuve que crear un mundo propio, como un clima, un país, una atmósfera en la que pudiera respirar, reinar y recrearme cuando la vida me destruyera. Esa es, creo, la razón de ser de toda obra de arte".
Anaïs Nin
Todos empezamos en algún sitio.
Mientras vivo una vida de topo durante el día, me acuerdo de que los que allanan sus propios caminos, siempre tendrán vientos en contra.
A veces, y con bastante frecuencia, cuando tengo estos vientos en contra, estoy aprendiendo a dejarme llevar y simplemente navegar con ellos.
Creo que la naturaleza siempre tiene sus sorpresas al final de un naufragio.
Lo sé, mi hogar está en el mar.
La tierra te la dejo a ti.
Día 20
Confianza
El tiempo pasa, las emociones aumentan,
la gente sabe
Yo sé
un renacimiento puede ser debido.
Quiero decirle a los susurradores que vienen a diario, que para mí ahora esta vida es de otro mundo.
Y sus olores, a diario son frutos para mi imaginación.
Día 21
Hoy ha sido el día en que he cruzado el umbral.
Después de un largo día sin parar, por fin me he tomado un descanso.
Estaba cerca de la salida del laberinto.
Me he sentado con la espalda apoyada en la pared, he echado la cabeza hacia atrás y he dejado salir una profunda exhalación.
De repente, mi cuerpo físico se liberó.
Entonces, mi visión se volvió completamente negra.
Muy rápidamente
vi una calavera negra que se movía entre mis ojos.
Por un momento me asusté y empecé a respirar muy profundamente, esperando a que se fuera lo que acababa de ver.
Y se fue, como una imagen desenfocada.
Me detuve unos segundos y pensé:
Si ha venido, es por algo, confía en él, tu cuerpo es tu guía.
Si le tienes miedo y no entras en él, te seguirá toda la vida, ¿y entonces qué?
Entra y verás,
estás a salvo aquí,
no estás sola.
Enfréntate a lo que realmente eres.
Y así apareció de nuevo.
Mi tercer ojo atravesó sus ojos en movimiento.
Entonces, mi visión se convirtió en energía estática.
Vi:
un gran campo con muchos pies pequeños,
eran de niños.
Una casa,
relojes,
escaleras,
ventanas.
Entonces, apareció un pájaro enorme,
cuando enfoqué las alas me di cuenta de que era el ala de una gaviota gigante, moviéndose con mucha fuerza, como contra el viento.
Las alas empezaron a desaparecer y, por alguna razón inexplicable, moví la mano derecha delante de los ojos.
Con puro asombro, pude ver, mi mano derecha.
Vi su energía.
Entonces levanté también la mano izquierda y ocurrió lo mismo, y poco después me di cuenta de que había entrado en una nueva dimensión.
Entré en éxtasis.
Y empecé a caminar decididamente por el interior del Laberinto.
Decidí moverme de una sección a otra con las manos y los dedos, intentando averiguar qué parte de esta energía podía ver y comparar con el mundo material exterior.
Necesitaba comprender dónde vivían las nuevas extremidades
y dónde terminaban.
Las pruebas fueron asombrosas.
Me tranquilicé al ver que ahora había adquirido una nueva visión periférica en la oscuridad.
Me dirigí a la parte central del Laberinto, llamada el "gancho", cogí mi tornillo largo, mi segunda herramienta, y tallé, en tres ladrillos separados:
NO
MIRES
ATRÁS
Día 22
"Una oración por los salvajes de corazón encerrados en jaulas"
Tennessee Williams, Escalera al tejado
Libertad
Día 23
"¿Qué es una mujer? Te aseguro que no lo sé. No creo que usted lo sepa. No creo que nadie pueda saberlo hasta que se haya expresado en todas las artes y profesiones abiertas a las habilidades humanas".
Virginia Woolf, La muerte de la polilla y otros ensayos (1942) "Profesiones para mujeres"
Ahora,
Mi pecho se siente como una nueva caja farmacéutica lista para destilar las necesidades básicas para la vida.
Es difícil de explicar.
Escribiré,
lo sé,
porque cada palabra ahora pesa como una piedra.
Pero, oh madre,
¿cómo puedo agradecértelo?
Escribí a mi padre el otro día
no hay palabras
creo,
que puedan expresar la gratitud
que siento,
por haberme dado ambos la vida.
Comprendo perfectamente el significado de estas dos palabras.
Cuanto más simple vivo mi vida, plenamente, con mis sensores a pleno rendimiento, más equilibrada estoy como ser humano conmigo misma y con los que me rodean.
¡Lo he conseguido!
Desaparecí.
Alcancé la altura de 1,79 cm, alrededor de 192 h de trabajo, con aproximadamente 5000 ladrillos colocados, y conteniendo años de experiencia de vida.
Ahora, el final está cerca.
Dedicado a:
Yugoslavia 91
Lorca
Y a las hermosas criaturas que nos dan la Vida.
Día 24
“Nuestra fiesta ha terminado. Los actores,
como ya te dije, eran espíritus
y se han disuelto en el aire, en aire leve,
y, cual la obra sin cimientos de esta fantasía,
las torres con sus nubes, los regios palacios,
los templos solemnes, el inmenso mundo
y cuantos lo hereden, todo se disipará
e, igual que se ha esfumado mi etérea función,
no quedará ni polvo. Somos de la misma
sustancia que los sueños, y nuestra breve vida
culmina en un dormir.”
Prospero, William Shakespeare
De La Tempestad, Acto 4 Escena 1
Hoy es 8 de marzo y es el último día de construcción del Laberinto.
Nunca he construido una casa.
Ahora sé que quiero construir mi propia casa.
Entiendo por qué la gente llora cuando destruyen sus casas. Es difícil de explicar, pero hay una voz hueca dentro que grita.
Trabajé de 12 a 14 horas y alcancé una altura de unos 1,79 cm.
Conté 34 capas de ladrillos que coloqué durante cuatro semanas.
Tuve que pedir a los técnicos que construyeran un escalón de madera para poder seguir trabajando.
A las 14h dejé entrar a los visitantes, uno por uno, y que pasaran conmigo todo el tiempo que quisieran.
Quería que decidieran lo que querían hacer.
Quería darles la responsabilidad de su propia libertad.
Era la primera vez que otro ser humano entraba en mi espacio.
Mi físico cambió, me sentí mucho más alerta con el otro.
Una vez que entraron, me di cuenta de que podía oír el eco de sus pasos en el espacio.
El paisaje sonoro era mágico.
Los pasos me revelaron con qué tipo de persona me iba a encontrar.
Tan pronto como se acercaron,
sentí su energía,
su olor y su incertidumbre.
Pero todos y cada uno de ellos , pasaron bastante rápido a mi lado y se dirigieron respetuosamente hacia el centro del Laberinto, el gancho.
Luego, nadie se quedó mucho tiempo.
Todos volvieron a salir.
A veces, mientras caminaba, me tropezaba con ellos y sentía cómo sostenían sus teléfonos, haciendo vídeos.
Qué mundo tan extraño.
Hemos olvidado el deseo de ver al otro cara a cara.
Sólo había una persona merodeando, a la que toqué sin darme cuenta y me asusté.
Le cogí las manos y sentí lo insegura que estaba sobre qué hacer.
Pensé que era un lugar excelente para estar a solas con otro desconocido.
Exactamente eso, es extraño.
Y que sea así.
A las 18.30 h, pedí a la persona de seguridad que dejara entrar a la última persona y cerrase la entrada del Laberinto a los visitantes.
De la forma más mágica, Lenny resultó estar en la cola y ser el último en entrar.
Lo llevé al centro del gancho, tomé mis manos entre las suyas y tallamos en los ladrillos.
Aprendí a escribir en turco, Ángel de los Sueños.
Cada vez que me cansaba de tallar, él me cogía las manos y me ayudaba a volver a tallar en el ladrillo.
Luego me acompañó a la salida, nos sentamos juntos cerca de la entrada del Laberinto cuando Serge Le Borgne entró para decirme que era la hora.
Fue entonces
cuando me quité el antifaz.
Vi por primera vez la pieza con los visitantes.
Miré a Lenny y a Serge.
Lo que sentí es indescriptible.
Una enorme quietud.
Entonces empecé a recoger todas las botellas de vidrio
que quedaban dentro.
De alguna manera no podía creer lo que estaba a punto de hacer.
Pero mi tarea era segura.
Era la primera vez que los visitantes veían mis ojos y mi cara.
Por última vez
Volví al gancho
para pasar algún tiempo a solas,
cuando entonces levanté la vista
y vi las tres palabras talladas del otro día,
NO MIRES ATRAS.
Entonces supe, más segura que nunca, que era lo correcto.
Allí mismo, en ese momento,
puse todo el peso de mi cuerpo en el borde de la pared,
y los ladrillos comenzaron a caer,
lejos de mí.
La caída de los ladrillos parecía la de un cuadro al cobrar vida.
La sorpresa fue
la imagen,
era una imagen,
que apenas había visto antes.
Las horas de trabajo.
Para este momento.
Ladrillos cayendo lejos de mí.
Fue lo más estimulante que he visto en mucho tiempo.
Una nueva perspectiva visual,
que contenía una vida de muchas historias.
Deseé tanto poder volver mañana.
La obra no estaba preparada para terminar.
Durante toda la destrucción del Laberinto
me di cuenta de que estaba resurgiendo una representación completamente nueva.
Cada caída abría una nueva historia con la que podría haberme quedado horas.
Fue entonces cuando decidí que había que tocar cada ladrillo, pero esta vez destruyéndolo.
Durante mis últimas horas, de repente
oí sonar una canción de los días de mi juventud,
y me di cuenta entonces, que este era el final de la performance,
pero un nuevo comienzo
en mi vida.